CRISTINA PERI ROSSI
CONDICIÓN DE MUJER (2005)
CONDICIÓN DE MUJER (2005)
DEDICATORIA
La literatura nos separó: todo lo que supe de ti
lo aprendí en los libros
y a lo que faltaba,
yo le puse palabras.
La literatura nos separó: todo lo que supe de ti
lo aprendí en los libros
y a lo que faltaba,
yo le puse palabras.
INVITACIÓN
Una mujer me
baila en los oídos
palabras de
la infancia
yo la escucho
mansamente la
miro
la estoy
mirando ceremoniosamente
y si ella
dice humo
si dice pez
que cogimos con la mano,
si ella dice
mi padre y mi madre y mis hermanos
siento
resbalar desde lo antiguo
una cosa
indefinible
melaza de
palabras
puesto que
ella, hablando,
me ha
conquistado
y me tiene
así,
prendida de
sus letras
de sus
sílabas y consonantes
como si la
hubiera penetrado.
Me tiene así
prendida
murmurándome
cosas antiguas
cosas que he
olvidado
cosas que no
existieron nunca
pero ahora,
al pronunciarlas,
son un hecho,
y hablándome
me lleva hasta la cama
adonde yo no
quisiera ir
por la
dulzura de la palabra ven.
PALABRA
Leyendo el diccionario
he encontrado una palabra nueva:
con gusto, con sarcasmo la pronuncio;
la palpo, la apalabro, la manto, la calco, la pulso,
la digo, la encierro, la lamo, la toco con la yema de los
dedos,
le tomo el peso, la mojo, la entibio entre las manos,
la acaricio, le cuento cosas, la cerco, la acorralo,
le clavo un alfiler, la lleno de espuma,
después, como a una puta,
la echo de casa.
he encontrado una palabra nueva:
con gusto, con sarcasmo la pronuncio;
la palpo, la apalabro, la manto, la calco, la pulso,
la digo, la encierro, la lamo, la toco con la yema de los
dedos,
le tomo el peso, la mojo, la entibio entre las manos,
la acaricio, le cuento cosas, la cerco, la acorralo,
le clavo un alfiler, la lleno de espuma,
después, como a una puta,
la echo de casa.
BAUTISMO
Entonces Adán
la llamó
le puso nombres
dichoso le dijo paloma,
pez,
moabita
mármol
estatua que acaricio,
la llamó frío y nostalgia,
Adriana, pájaro,
árbol
y mi dicha,
le dijo arcángel,
adoradora,
la llamó espuma de los mares, cardumen, Ifianasa,
lumen, montaña, lámpara
le dijo forma de mí pero más que nada forma
ánfora, cortesía, dama amabilis,
ósculo, pie de mi camino,
le dijo doncella encerrada,
alabaré tu amor más que los castillos,
le dijo amistad y fragancia,
la llamó voz de los valles,
eco de collados,
amiga mía,
le puso nombres
dichoso le dijo paloma,
pez,
moabita
mármol
estatua que acaricio,
la llamó frío y nostalgia,
Adriana, pájaro,
árbol
y mi dicha,
le dijo arcángel,
adoradora,
la llamó espuma de los mares, cardumen, Ifianasa,
lumen, montaña, lámpara
le dijo forma de mí pero más que nada forma
ánfora, cortesía, dama amabilis,
ósculo, pie de mi camino,
le dijo doncella encerrada,
alabaré tu amor más que los castillos,
le dijo amistad y fragancia,
la llamó voz de los valles,
eco de collados,
amiga mía,
pero ella nada oyó,
porque El Señor la había hecho sorda.
porque El Señor la había hecho sorda.
VÍA CRUCIS
Cuando
entro
y estás poco iluminada
como una iglesia en penumbra
Me das un cirio para que lo encienda
en la nave central
Me pides limosna
Yo recuerdo las tareas de los santos
Te tiendo la mano
me mojo en la pila bautismal
tú me hablas de alegorías
del Vía Crucis
que he iniciado
-las piernas, primera estación-
me apenas con los brazos en cruz
al fin adentro
empieza la peregrinación
muy abajo estoy orando
nombro tus dolores
el dolor que tuviste al ser parida
el dolor de tus seis años
el dolor de tus diecisiete
el dolor de tu iniciación
muy por lo bajo te murmuro
entre las piernas
la más secreta de las oraciones
Tú me recompensas con una tibia lluvia de tus entrañas
y una vez que he terminado el rezo
cierras las piernas
bajas la cabeza
y estás poco iluminada
como una iglesia en penumbra
Me das un cirio para que lo encienda
en la nave central
Me pides limosna
Yo recuerdo las tareas de los santos
Te tiendo la mano
me mojo en la pila bautismal
tú me hablas de alegorías
del Vía Crucis
que he iniciado
-las piernas, primera estación-
me apenas con los brazos en cruz
al fin adentro
empieza la peregrinación
muy abajo estoy orando
nombro tus dolores
el dolor que tuviste al ser parida
el dolor de tus seis años
el dolor de tus diecisiete
el dolor de tu iniciación
muy por lo bajo te murmuro
entre las piernas
la más secreta de las oraciones
Tú me recompensas con una tibia lluvia de tus entrañas
y una vez que he terminado el rezo
cierras las piernas
bajas la cabeza
cuando entro
en la iglesia
en el templo
en el templo
en la
custodia
y tú me bañas.
y tú me bañas.
SÁLVESE QUIEN PUEDA
Si fui amarga
fue por la pena.
El capitán gritó "Sálvese quien pueda"
y yo, sin pensarlo más, me lancé al agua,
como ávida nadadora
como si siempre hubiera estado esperando ese momento,
el momento supremo de soledad
en que nada pesa
nada queda ya
sino el deseo impostergable de vivir;
me lancé al agua, es cierto, sin mirar atrás.
De mirar quizás no me lanzara
habría vacilado mirando tus grandes ojos tristes
siniestros remordimientos me hubieran impedido ya
saltar al espacio
tocar la fría humedad del aire
el nocturno relente
y caer
como recién nacida
en la flotante superficie del bote
donde todo habría de continuar,
no se sabe adónde.
Si hubiera mirado atrás,
tus grandes ojos tristes
la vela suspendida
los cabos sueltos
las cámaras anegadas
como los recuerdos salados del mar.
Si hubiera mirado atrás,
tus grandes ojos tristes,
la vela mística suspendida
los cabos sueltos
las cámaras anegadas
como los recuerdos salados del mar.
Si hubiera mirado atrás.
"Sálvese quien pueda" gritaba el capitán
De haber mirado
de haber vuelto los ojos
como Eurídice
ya no podría saltar
pertenecería al pasado
anclada entre las redes del barco, tu capitán, el moho de las sillas
los versos que consumíamos en las noches de vigilia
tu pereza de saltar,
tu vergüenza de correr,
atrapada entre las hermosas lianas de los versos preferidos,
acaso no hubiera respirado más el aire salino
ni visto aparecer el sol;
era un caso de vida o muerte
"Sálvese quien pueda"
había gritado el capitán,
la vida era una hipótesis de salto,
quedarse, una muerte segura.
El capitán gritó "Sálvese quien pueda"
y yo, sin pensarlo más, me lancé al agua,
como ávida nadadora
como si siempre hubiera estado esperando ese momento,
el momento supremo de soledad
en que nada pesa
nada queda ya
sino el deseo impostergable de vivir;
me lancé al agua, es cierto, sin mirar atrás.
De mirar quizás no me lanzara
habría vacilado mirando tus grandes ojos tristes
siniestros remordimientos me hubieran impedido ya
saltar al espacio
tocar la fría humedad del aire
el nocturno relente
y caer
como recién nacida
en la flotante superficie del bote
donde todo habría de continuar,
no se sabe adónde.
Si hubiera mirado atrás,
tus grandes ojos tristes
la vela suspendida
los cabos sueltos
las cámaras anegadas
como los recuerdos salados del mar.
Si hubiera mirado atrás,
tus grandes ojos tristes,
la vela mística suspendida
los cabos sueltos
las cámaras anegadas
como los recuerdos salados del mar.
Si hubiera mirado atrás.
"Sálvese quien pueda" gritaba el capitán
De haber mirado
de haber vuelto los ojos
como Eurídice
ya no podría saltar
pertenecería al pasado
anclada entre las redes del barco, tu capitán, el moho de las sillas
los versos que consumíamos en las noches de vigilia
tu pereza de saltar,
tu vergüenza de correr,
atrapada entre las hermosas lianas de los versos preferidos,
acaso no hubiera respirado más el aire salino
ni visto aparecer el sol;
era un caso de vida o muerte
"Sálvese quien pueda"
había gritado el capitán,
la vida era una hipótesis de salto,
quedarse, una muerte segura.
ESCORIACIÓN
Herida que
queda, luego del amor, al costado del cuerpo.
Tajo
profundo, lleno de peces y bocas rojas,
donde la sal
duele y arde el yodo,
que corre
todo a lo largo del buque,
que deja
pasar la espuma,
que tiene un
ojo triste en el centro.
En la
actividad de navegar,
como en el
ejercicio del amor,
ningún marino,
ningún capitán,
ningún
armador, ningún amante,
han podido
evitar esta suerte de heridas,
escoraciones
profundas, que tienen el largo del cuerpo
y la
profundidad del mar,
cuya cicatriz
no desaparece nunca,
y llevamos
como estigmas de pasadas navegaciones,
de otras
travesías. Por el número de escoriaciones
del buque,
conocemos la cantidad de sus viajes;
por las
escoraciones de nuestra piel,
cuántas veces
hemos amado.
AFRODITA
Y está triste
como una silla abandonada
en la mitad del patio azul
Los pájaros la rodean
Cae una aguja
Las hojas resbalan
sin tocarla
Y está triste
en mitad del patio
con la mirada baja
los pechos alicaídos
dos palomas tardas
Y un collar
sin perro
en la mano
como una silla abandonada
en la mitad del patio azul
Los pájaros la rodean
Cae una aguja
Las hojas resbalan
sin tocarla
Y está triste
en mitad del patio
con la mirada baja
los pechos alicaídos
dos palomas tardas
Y un collar
sin perro
en la mano
Como una silla vacía.
INVOCACIÓN
Si el lenguaje
este modo austero
de convocarte
en medio de fríos rascacielos
y ciudades europeas
fuera
el modo
de hacer el amor entre sonidos
o el modo
de meterme entre tu pelo
este modo austero
de convocarte
en medio de fríos rascacielos
y ciudades europeas
fuera
el modo
de hacer el amor entre sonidos
o el modo
de meterme entre tu pelo
Penétrame
occidental y perversa
parodiando a los dioses más diversos
siglos en prolongada decadencia
permiten que para el caso
cambiemos de papel
Penétrame
profunda y larvariamente
tu laberinto de palabras
tiene el privilegio
que le presta la poesía.
PROYECTOS
Podríamos
hacer un niño
y llevarlo al
zoo los domingos.
Podríamos
esperarlo
a la salida
del colegio.
Él iría
descubriendo
en la
procesión de nubes
toda la
prehistoria.
Podríamos
cumplir con él los años.
Pero no me
gustaría que al llegar la pubertad
un fascista
de mierda le pegara un tiro.
No quisiera
que lloviera
te lo juro
que lloviera
en ésta ciudad
sin ti
y escuchar
los ruidos del agua
al bajar
y pensar que
allí donde estás
viviendo sin
mí
llueve sobre
la misma ciudad
Quizás tengas
el cabello mojado
el teléfono a
mano
que no usas
para llamarme
para decirme
esta noche te
amo
me inundan
los recuerdos de ti
discúlpame,
La literatura
me mató
pero te le
parecías tanto.
REMINISCENCIA
No podía
dejar de amarla porque el olvido no
existe y la
memoria es modificación, de manera
que sin
querer
amaba las
distintas formas bajo las cuales ella aparecía en sucesivas
transformaciones
y tenía nostalgia de todos los lugares
en los cuales jamás habíamos estado,
y la
deseaba en los parques
donde nunca la deseé y moría de reminiscencias
por las
cosas que ya no conoceríamos y eran tan
violentas e
inolvidables
como las pocas cosas que habíamos conocido. Desde alguna parte me mira esa mujer que fuiste alguna vez lejana y me pide cosas me pide memoriales versos y perdón por el futuro. El monótono oficio de amarte o poesía extrañas parejas pasean por el parque signos de una tipografía que ya
conozco por
haberla usado desde
pequeña Y
el globo de sol
que un extraño colocara en el jardín como una O redonda mayúscula quizás para recordarme que he de amarte medida y rimada como aquellos poemas antiguos, un poco viejos, aprenderte de memoria como un libro de lectura del cual surge el caballo blanco en el que
viajo en
tus sueños nocturnos y la nostalgia
de mamá
por cuya culpa sin duda
te amo
|
CACERÍA PARA UN SOLO ENAMORADO
Me pasé el
día recortando palabras para ella.
No era fácil,
porque había palabras duras y cortantes
que no se
dejaban asir con docilidad;
las perseguía
con las tijeras pero ellas fruncían el ceño
abrían las
piernas, amenazaban arrojarse desde el balcón.
A veces las
sorprendía distraídas,
pero cuando
despertaban de su sueño de extranjeras
comenzaban a
gritar y a rebelarse,
en un
estallido de fricativas por el aire,
deshaciendo
los espejos y los vasos.
Más fácil era
atrapar a las que dormían
echadas sobre
el sofá, como una playa,
pero eran
palabras lúbricas y haraganas
perezosas de
expresar y de pronunciarse.
Persiguiendo
una palabra que tenía muchas piernas
hice tanto
ruido que alguna gente se asomó por la ventana.
“Es el vecino
–comentaron–
Caza
palabras. Deberíamos ayudarlo”.
No sabían que
era un regalo solitario.
Recorté
muchas
palabras como
verde
baila
viento
álamo liviano
ven
vamos
a acostarnos
y otras
palabras menudas
niñas aún
como núbil
mórbida
caza
corza
ánade
astil
incensario.
Palabras
maduras –muérdago
mármol
moro
Mauritania–
palabras
estrafalarias
desdoro
pundonor
puericultura
y al final,
separé las más queridas:
trilce –
lábil – púber – araucaria.
Quería que
las tocaras con los dedos
y bajo tus
yemas
palpitaran
su pulpa
sensible
su densidad.
Eran palabras
mansas
retóricas
convencionales,
me contaste
–la fiesta
aún no había comenzado–
no sé qué
cosa de un señor
llamado Jorge
Luis Borges
que está de
moda
y la historia
de una amiga
muerta allá
en el mar
en tardes lilas
y lluviosas
cuando los
peces bajan
a morir en la
costa
y los lobos
se esconden.
Fuiste a la
ventana
–desde lejos
pude apreciar tu desnudez
como un
cuadro ocre levemente obsceno–
y me dolían
las a de las sandalias
bajo tus
pies.
“Hace calor
afuera” dijiste
caramba, un
pronóstico del tiempo,
era lo único
que nos faltaba.
“Me leería un
poema o estrujaría una flor”,
sin darte
cuenta que entre tus dedos
estrangulabas
una amaranta.
“Veremos qué
pasa si las dejo caer” comunicaste
y cogiendo
las palabras que yo había recortado
las lanzaste
desde la ventana por el aire hasta la calle.
Por el camino
se descolgó una exhalación
Lloró un
gatito
Una libélula
perdió las alas
Mentían los
sofistas
vértigo me di
llovían
palacios
damas
encerradas
princesas
escarlata
fresas fucsia
y un caimán
colorado.
Arca – line –
fagia
leía desde la
ventana
aaceldimmdoyoscolaree.
Arce – can –
tttlu – che – fra – pom
“¿Has visto?”
–me dijiste–
“Al final no
eran tan irresistibles”
Una palabra
sola
salvada del
desastre
colgaba
todavía del techo
como una
mosca.
Me quedé
pensando qué palabra sería
si no era una
palabra enferma
una palabra
descompuesta
una palabra
que no sirve para nada.
NAVEGACIÓN
En las mansas
corrientes de tus manos
y en tus manos que son tormenta
en la nave divagante de tus ojos
que tienen rumbo seguro
en la redondez de tu vientre
como una esfera perpetuamente inacabada
en la morosidad de tus palabras
veloces como fieras fugitivas
en la suavidad de tu piel
ardiendo en ciudades incendiadas
en el lunar único de tu brazo
anclé la nave.
Navegaríamos,
si el tiempo hubiera sido favorable.
y en tus manos que son tormenta
en la nave divagante de tus ojos
que tienen rumbo seguro
en la redondez de tu vientre
como una esfera perpetuamente inacabada
en la morosidad de tus palabras
veloces como fieras fugitivas
en la suavidad de tu piel
ardiendo en ciudades incendiadas
en el lunar único de tu brazo
anclé la nave.
Navegaríamos,
si el tiempo hubiera sido favorable.
3ª ESTACIÓN: CAMPO DE SAN BARNABA
Esta noche, entre todos los normales,
te invito a cruzar el puente.
te invito a cruzar el puente.
Nos mirarán
con curiosidad —estas dos
muchachas— y
quizás, si somos lo suficientemente
sabias,
discretas y sutiles
perdonen nuestra subversión
sin necesidad de llamar al médico
al comisario político o al cura.
perdonen nuestra subversión
sin necesidad de llamar al médico
al comisario político o al cura.
Sobre los canales ha llovido una lluvia fina de
algodón;
nadie sabe el nombre de estas mariposas
blancas que
vuelan sobre los ríos de Venecia
como plumas
que cubren las aguas y los puentes.
como plumas
que cubren las aguas y los puentes.
Y el vaporetto se desliza suavemente
entre estas flores blancas sin tocarlas
rozándolas apenas
como ronda el deseo en pos de ti
en pos de mí
densa película que nos unta
enardeciente,
húmeda,
dual y semejante.
entre estas flores blancas sin tocarlas
rozándolas apenas
como ronda el deseo en pos de ti
en pos de mí
densa película que nos unta
enardeciente,
húmeda,
dual y semejante.
4º ESTACIÓN: CA FOSCARI
Te amo como mi semejante
Te amo como mi semejante
mi igual mi
parecida
de esclava a
esclava
parejas en la
subversión
al orden
domesticado
Te amo ésta y
otras noches
con las señas
de identidad
cambiadas
como
alegremente cambiamos nuestra ropa
y tu vestido
es el mío
y mis
sandalias son las tuyas
como mi seno
es tu seno
y tus
antepasadas son las mías
Hacemos el
amor incestuosamente
escandalizando
a los peces
y a los
buenos ciudadanos de este
y de todos
los partidos.
A la mañana,
en el desayuno,
cuando las
cosas lentamente vayan
despertando
te llamaré por mi nombre y tu
contestarás
alegre,
mi igual, mi
hermana, mi semejante.
NOCTURNO PLUVIOSO EN LA CIUDAD
De noche,
bajo la lluvia
a lo largo de
la avenida
la luz de una
cabina telefónica
Un hombre
llama ansiosamente
No hay tierra
firme donde echarse a descansar
El hombre
hace gestos con las manos
lejos un
triángulo de luces amarillas
cómo resbala
el agua en los costados
escaparates
llenos de reflejos
el hombre
dice: “Por favor, por favor”
un borracho
junto a un árbol
Grandes
rebajas
los autos
pasan veloces:
si
atropellaran a alguien no tendrían tiempo de detenerse.
“Escúchame,
por favor”, dice el hombre
dos muchachos
fuman un poco de
hierba en los
diarios de esta mañana
leí algo
acerca de una gran catástrofe
no sé si
terremoto o bombardeo
“Te quiero”,
dice el hombre,
antropoide en
la vidriera telefónica
cae la lluvia
un travesti
se pasea, pide fuego
los travestis
siempre piden fuego y se
pasean el
agua le moja la falda, le corre la
pintura, no
se puede comprar cosméticos
baratos,
murieron dos mil o veinte mil, ya
no recuerdo,
hay un cartel
que destiñe con la lluvia:
“Compañero,
tu muerte no será en vano”
(¿qué muerte
no es en vano?)
Me gustaría
saber adónde van las palomas con la
lluvia un
locutor anuncia un detergente un
bombardeo
“Escúchame”, dice el hombre, se le
acaban las
monedas
Extraordinario show-sexy
Se ruega a
las personas sensibles no
asistir Me
dijeron que se trata de un
caballo que
fornica con mujeres
(la Sociedad
Protectora de Animales
protestó;
ninguna otra sociedad protestó)
es enorme la
cantidad de personas no sensibles que
hay, según el
cartel
Noches
lluviosas donde cualquier suicidio es posible:
hasta el de
una mariposa contra la ventana.
Del andén
sale una música ambulante
el hombre no
tiene más monedas el
travesti ligó
es increíble
cómo en momentos decisivos algo nos falta
moneda o
mirada
cigarrillo o
mujer
a lo mejor se
trataba de una inauguración, no sé bien, o
quizás era el
destripador de alguna ciudad inglesa.
Se queda un
instante indeciso en la cabina
registra a
fondo los bolsillos
(¿extraerá
una pistola o un cigarrillo?) “Vecchio,
basso”, canta
Mina en el amplificador
Una estrella
de cine se consagró
un zapatero
mató a su mujer
un padre a su
hija
alguien
bombardeó una ciudad
El hombre no
encontró una moneda
y se puso a
caminar bajo la lluvia.
LA EXTRANJERA
Contra su
bautismo natal
el nombre secreto con que la llamo: Babel.
el nombre secreto con que la llamo: Babel.
Contra el
vientre que la disparó confusamente
la cuenca de mi mano que la encierra.
la cuenca de mi mano que la encierra.
Contra el
desamparo de sus ojos primarios
la doble visión de mi mirada donde se refleja.
la doble visión de mi mirada donde se refleja.
Contra su
altiva desnudez
los homenajes sacros
la ofrenda del pan
del vino y el beso.
los homenajes sacros
la ofrenda del pan
del vino y el beso.
Contra la
obstinación de su silencio
un discurso largo y lento
salmodia salina
cueva hospitalaria
signos en la página,
un discurso largo y lento
salmodia salina
cueva hospitalaria
signos en la página,
identidad.
EL BAUTISMO
Yo te bautizo
Babel entre todas las mujeres
Babel entre todas las ciudades
Babel de la diversidad
ambigua como los sexos
nostálgica del paraíso perdido -útero materno-
centro del mundo
cordón umbilical.
Babel entre todas las ciudades
Babel de la diversidad
ambigua como los sexos
nostálgica del paraíso perdido -útero materno-
centro del mundo
cordón umbilical.
"Poeta
-grita Babel- soy la ciega de las lenguas
la Casandra en la noche oscura de los significantes."
la Casandra en la noche oscura de los significantes."
BABEL, LA CURIOSIDAD
La extranjera
es curiosa.
Sus manos
palpan mi cuerpo
como los pasos de un ciego.
como los pasos de un ciego.
Palmo a palmo
me dejo recorrer
-vibra el élitro zahorí-.
-vibra el élitro zahorí-.
Lame mis
entrañas
prueba el agua de las fuentes,
mide mis caminos,
descubre los túneles secretos
los desfiladeros entre montañas.
prueba el agua de las fuentes,
mide mis caminos,
descubre los túneles secretos
los desfiladeros entre montañas.
No sabe si el
territorio nuevo la
complacerá;
en todo caso, su deber es
auscultarlo,
como corresponde a una recién
llegada, a la
exploradora
a la cruel conquistadora.
a la cruel conquistadora.
POÉTICA
Hay gente que
espera que la palabra
Del poeta la nombre,
Deje constancia de su identidad.
No sabe que el poeta no habla de los
Del poeta la nombre,
Deje constancia de su identidad.
No sabe que el poeta no habla de los
seres, sino
de los símbolos.
AMANECER PRIMERO
Flotábamos en
el lecho
—arca de Noé—
como venidos de otro mundo
y raras criaturas
nos acechaban
en el amanecer pluvioso
(caras de monos, ojos de ratón).
—arca de Noé—
como venidos de otro mundo
y raras criaturas
nos acechaban
en el amanecer pluvioso
(caras de monos, ojos de ratón).
En las nubes
sudorosas como almohadas
había signos ocultos
había signos ocultos
una geografía
difusa
un pueblo desterrado.
un pueblo desterrado.
Aprendíamos
una lengua nueva
con ecos de loro
y el timbal de la tormenta.
con ecos de loro
y el timbal de la tormenta.
Dije: «Tierra»
y era tu vientre.
y era tu vientre.
BABEL BÁRBARA
Altiva como
la A (anaconda)
Balbuceante
como la B (Babel bárbara)
Colérica como
la C (carismática)
Dorada como
la D (ditirámbica)
Elemental
como la E (elegíaca)
Furibunda
como la F (fáustica)
Gutural como
la G (gárgola)
Hipnótica
como la H (hendida)
Íntima como
la I (imantada)
Jupiteriana
como la J (jónica)
Lúbrica como
la L (loba)
Mórbida como
la M (marmórea)
Nocturna
noctiluca (nacarada noche)
Opulenta como
la O (ombligo y ópalo)
Quejumbrosa
como la Q (quimera y quejido)
Rúnica como
la R (rondadora)
Sardónica
como la S (soez, soñadora)
Turbadora
como la T (tañido y tambor)
Ungida como
la U (umbría, ungulada)
Visceral como
la V (vientre, voluta)
Yuxtapuesta
como la Y (yoica)
te maldigo y te bendigo
te
nombro y te fundo.
AUTO DE FE
Con voces
inmisericordes.
Con coros
báquicos y aleluyas.
Con palacios
destruidos cuyas ruinas soberbias admiramos.
Con espacios
blancos donde flotan
Irreales
barcos hundidos.
Con una corte
de princesas de tarot
y espadas de
cartón para los juegos de la tarde.
Con la fuerza
del Antiguo Testamento
cuyos
apocalípticos pecados son siempre más
intensos que
los mediocres desacatos del presente
Con las
herejías ebrias de fe
de los hijos
rebeldes de la Iglesia
Con fantasías
nocturnas llenas de presentimientos
Con los
presagios de los sueños
y de las
hojas de los tréboles
Con la turbia
mirada de los ocelotes en celo
Con esta
sujeción al deseo
llamada –otro
sí– abnegación
Sin ninguna simplicidad
Te
amo.
LA PASIÓN
Salimos del
amor
como de una catástrofe aérea
como de una catástrofe aérea
Habíamos
perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año
largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
o un siglo corto como un día?
Por los
muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los
sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos
despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
EL PARTO
Desde el fondo del
vientre,
como una montaña,
la oscura fuerza del
deseo.
El deseo, oscuro como una
semilla.
La semilla cerrada y muda
como una ostra.
Los labios de la ostra
Lentamente abriéndose,
como la vulva, la vulva,
húmeda y
violeta, a veces,
fosforescente.
Babel, echada hacia
adentro,
como una semilla.
Guardada
como una ostra.
Ensimismándose,
como el caracol encogido.
Babel torre, Babel casa
escondida.
<< Es largo esconderse nueve
meses>>, dice
Babel, henchida.
La palabra, apuntando
hacia afuera.
La palabra, sobresaliendo
del vestido.
La palabra, empujando su
brote,
su alegría, su maldición.
Babel por las calles como
una virgen,
como si nada escondiera.
Babel bailando en bable.
Babel vestida.
Y de pronto, súbitamente el grito.
Descendiendo por las
piernas abiertas, el grito.
Desfondándose en las
sábanas, el grito.
Licuándose en las caderas
duras como anclas, el grito.
Forzándose a salir, el
grito.
Brutal, ojeroso,
hondo, gutural,
onomatopéyico,
negro, desentrañado,
el
grito:
partido en dos,
hecho de sangre,
voz de la
víscera,
palabra sin lugar en el
diccionario.
GENEALOGÍA
(Safo, V. Wolf y otras)
Dulces antepasadas
mías
ahogadas en el mar
o suicidas en jardines
imaginarios
encerradas en castillos
de muros lilas
y arrogantes
espléndidas en su desafío
a la biología elemental
que hace de una mujer una
paridora
antes de ser en realidad
una mujer
soberbias en su soledad
y en el pequeño escándalo
de sus vidas
Tienen lugar en el
herbolario
junto a ejemplares raros
de diversa nervadura.
CONDICIÓN DE UNA MUJER
Soy la advenediza
la que llegó al banquete
cuando los invitados
comían los postres
Se preguntaron
quién osaba
interrumpirlos
de dónde era
cómo me atrevía a emplear
su lengua
Si era hombre o mujer
qué atributos poseía
se preguntaron por mi
estirpe
<<Vengo de un
pasado ignoto –dije–
de un futuro lejano
todavía
Pero en mis profecías hay
verdad
Elocuencia en mis
palabras
¿Iba a ser la elocuencia
atributo de los hombres?
Hablo la lengua de los
conquistadores,
es verdad,
aunque digo lo opuesto de
lo que ellos dicen.>>
Soy la advenediza
la perturbadora
la desordenadora de los
sexos
la transgresora
Hablo la lengua de los
conquistadores
pero digo lo opuesto de
lo que ellos dicen.
DISTANCIA JUSTA
En el amor y en el boxeo,
todo es cuestión de distancia.
todo es cuestión de distancia.
Si te acercas demasiado
me excito
me asusto
me obnubilo,
me asusto
me obnubilo,
digo tonterías
me echo a temblar.
Pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.
me echo a temblar.
Pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.
HIPÓTESIS CIENTÍFICA
Nada dice acerca del amor
la hipótesis biológica
de que se trata de una reacción química.
No tengo ningún inconveniente en admitir
que te aman mis jugos interiores
que tu ausencia me intoxica la sangre de negra
la hipótesis biológica
de que se trata de una reacción química.
No tengo ningún inconveniente en admitir
que te aman mis jugos interiores
que tu ausencia me intoxica la sangre de negra
bilis que al contemplarte
sube la tasa de mi monóxido de carbono
y los linfocitos se reproducen alocadamente.
Si me pongo lírica
y se me traba la lengua
¿cómo no reconocer que alteras mi metabolismo
sube la tasa de mi monóxido de carbono
y los linfocitos se reproducen alocadamente.
Si me pongo lírica
y se me traba la lengua
¿cómo no reconocer que alteras mi metabolismo
basal y entorpeces mis
digestiones?
Mis narinas tiemblan
aumenta la presión de la sangre
enrojezco y me altero
o sudo y palidezco.
Mi amor es gutural e instintivo
como el celo de los animales.
Mis narinas tiemblan
aumenta la presión de la sangre
enrojezco y me altero
o sudo y palidezco.
Mi amor es gutural e instintivo
como el celo de los animales.
Cualquier metáfora que
erija
como un vestido sobre la epidermis
será artificio.
Y sin embargo,
cuando te hablo,
evoco leyendas antiguas:
como un vestido sobre la epidermis
será artificio.
Y sin embargo,
cuando te hablo,
evoco leyendas antiguas:
Tristán, Iseo, la cruel
Turandot,
Dido, la enamorada, y la indiferente
Dido, la enamorada, y la indiferente
Helena se amontonan en mi
boca, viajan,
en ríos blancos de
saliva.
Hipótesis científica
o cultura,
lo mismo da:
mis vísceras no distinguen,
aman, sin preguntarse qué es el amor.
Hipótesis científica
o cultura,
lo mismo da:
mis vísceras no distinguen,
aman, sin preguntarse qué es el amor.
ENCOMIENDA
No sé qué apetencias oscuras
hay en su cuerpo, señora,
encerradas en carnes
blancas,
señora.
Para que de pronto, su
ansiedad estalle
como granada abierta (de
grandes labios rojos)
Me
hago cargo, señora,
me hago cargo:
la monto la
manto la palpo la sobo
la beso la calco la
solapo
y usted bala como bovina
usted ruge como marabunta
usted piafa como yegua de
raza
usted resopla como
marsopa
usted finalmente acaba
a caballo
y yo acabo.
POÉTICA
Versayanira –el mayor
poeta hindú-
escribió más de
seiscientos poemas
como si fuera una muchacha
Escribiré entonces
como si fuera un hombre
y nadie hablará de
mi sexo.
TANGO
La ciudad no eras vos.
No era tu confusión de
lenguas
ni de sexos.
ni de sexos.
No era el cerezo que
florecía -blanco-
detrás del muro
como un mensaje de Oriente.
detrás del muro
como un mensaje de Oriente.
No era tu casa
de múltiples amantes
y frágiles cerraduras.
La ciudad era esta incertidumbre
la eterna pregunta -quién soy-
dicho de otro modo; quién sos.
AQUELLA NOCHE
La noche en que nos
conocimos
yo empecé a perder
La cerilla explotó
y me quemó los dedos
manché mi blusa con el
vino
Olvidé por completo el
nombre
del mes y del día.
Tanta
turbación
sólo podía ser la prueba
de un deseo muy grande
tan grande
que ni tú misma
podías satisfacer.
HUMILDAD I
Nunca he pretendido que
una sola idea
explicara la diversidad
del mundo ni
un Dios
fuera más cierto que
numerosos dioses.
Nunca he pretendido que
la
Psicología excluyera a la
biología, ni
que tener un sexo
excluyera al otro.
Nunca he pretendido que
una sola
persona colmara todos mis
deseos ni
satisfacer todos los
deseos
de una sola persona.
Nunca he pretendido vidas
anteriores
ni vidas futuras:
no creo haber sido
nada más que lo que soy
y eso, a veces,
con grandes
dificultades.
HISTORIA DE UN AMOR
Para que yo pudiera
amarte
los españoles tuvieron
que conquistar
América y mis abuelos
huir de Génova en un
barco de carga.
Para que yo pudiera
amarte
Marx tuvo que escribir El
Capital
y Neruda, la Oda a
Leningrado.
Para que yo pudiera
amarte
en España hubo una guerra
civil
y Lorca murió asesinado
después de haber viajado
a Nueva York.
Para que yo pudiera
amarte
Catulo se enamoró de
Lesbia
y Romeo, de Julieta
Ingrid Bergman filmó
Stromboli
y Pasolini, los Cien Días
de Saló.
Para que yo pudiera
amarte,
Lluís Llach tuvo que
cantar Els Segadors
y Milva, los poemas de
Bertolt Brecht.
Para que yo pudiera
amarte
alguien tuvo que plantar
un cerezo
en la tapia de tu casa
y Garibaldi pelear en
Montevideo.
Para que yo pudiera
amarte
las crisálidas se
hicieron mariposas
y los generales tomaron
el poder.
Para que yo pudiera
amarte
tuve que huir en barco de
la ciudad donde
nací y tú resistir a
Franco.
Para que nos amáramos, al
fin, ocurrieron
todas las cosas de este
mundo
y desde que no nos amamos
sólo existe un gran
desorden.
MENSAJES
Se escribe
como se lanza botella al
mar:
soñando con una playa
un lector, una lectora
pero cuando por azar de
los vientos
y la conjunción errática de las mareas
la botella navegante
llega a la orilla
y alguien la recoge
–lee el mensaje–
hay que confesar: quien
envió el
mensaje está ya en otra
cosa.
LOS GRANDES TRANSATLÁNTICOS
Cuando los grandes
transatlánticos
–blancos como ballenas
de gloriosos nombres
italianos–
Cristóforo Colombo,
Américo Vespucci–
zarpaban lentamente de
las radas –quince
días de mar
y el clap-clap-clap del
agua–
yo te invité al puerto
a ver salir los barcos.
Vivías en una gran ciudad
de espaldas al mar
En tu vida había muchas
cosas:
música-autopistas-cenas
comités-colegas-teléfonos
De espaldas al mar
sin contemplar
la mansa taciturnidad de
los barcos.
<<Son algo
majestuoso>> dijiste.
El barco blanco
flotaba en la rada
mecido por las aguas
como por un sueño.
Ballena antigua,
se había echado a
descansar.
En torno a él
oscuros hombrecitos de
mono azul
trabajaban en su vientre
como diminutos Jonases
digeridos.
Desde entonces, tu amor
tuvo una maroma:
me amabas
porque una tarde de
invierno,
en lugar del cine,
te llevé a ver salir los
barcos.
R.I.P
Ese amor murió
sucumbió
está muerto
aniquilado fenecido
finiquitado
occiso perecido
obliterado
muerto
sepultado
entonces,
¿por qué late todavía?
sucumbió
está muerto
aniquilado fenecido
finiquitado
occiso perecido
obliterado
muerto
sepultado
entonces,
¿por qué late todavía?
COMBATE
En la lucha
contra tus sentimientos
perdiste un diente
una costilla
el dibujo
del labio superior
Sangraron las mejillas
zumbó el oído
y un ojo se volvió negro.
Alzaste el brazo
pidiendo tregua:
el combate había
finalizado
tus sentimientos,
destruidos, yacían por el
suelo,
vencidos.
¿A qué viene, entonces,
esta melancolía
crepuscular,
la casa en silencio,
tú sola en la habitación,
los recuerdos tumefactos?
LA FACTURA DEL LENGUAJE DE LOS LINGÜISTAS APLICADA A LA
VIDA COTIDIANA
Le dije que me gustaba, y
quedé insatisfecha.
La verdad era que a veces
no me gustaba
nada, pero no podía vivir
sin ella. Le dije que
la quería,
pero también quiero a mi
perro.
Después le dije que la
amaba,
pero mi incomodidad fue
mayor aún:
no tenía un cúmulo de
buenos sentimientos,
a veces mis sentimientos
eran muy malos,
quería secuestrarla,
matarla de amor,
reducirla a la
esclavitud, dominarla. A
veces, sólo quería su
placer.
La complicidad que
reclamé
era imposible: ¿qué
complicidad se puede establecer
con alguien cuya sonrisa
nos lleva al paraíso
y cuya indiferencia nos
conduce al infierno? (William
Blake) Decidí prescindir
del lenguaje,
entonces me acusó de no
querer comunicarme.
Desde hace unos años,
sólo existe el silencio.
Encuentro, en él, una
rara ecuanimidad:
la de los placeres
solitarios.
XIV
Ninguna palabra nunca
ningún discurso
-ni Freud, ni Martí-
sirvió para detener la mano
la máquina
del torturador.
Pero cuando una palabra escrita
en el margen en la página en la pared
sirve para aliviar el dolor de un
ningún discurso
-ni Freud, ni Martí-
sirvió para detener la mano
la máquina
del torturador.
Pero cuando una palabra escrita
en el margen en la página en la pared
sirve para aliviar el dolor de un
torturado, la literatura
tiene sentido.
XXIII
Y vino un periodista de no sé dónde
a preguntarnos qué era para nosotros el exilio.
Y vino un periodista de no sé dónde
a preguntarnos qué era para nosotros el exilio.
No sé de dónde era el
periodista,
pero igual lo dejé pasar
El cuarto estaba húmedo estaba frío
hacía dos días que no comíamos
pero igual lo dejé pasar
El cuarto estaba húmedo estaba frío
hacía dos días que no comíamos
Bocado sólo agua y pan
las cartas traían malas noticias del Otro
las cartas traían malas noticias del Otro
Lado <<¿Qué es el
exilio para usted?>> me
Dijo <<A Alicia la
violaron cinco veces
y luego se la dejaron a los perros>>
Bien entrenados,
los perros de los militares
fuertes animales
comen todos los días
fornican todos los días,
con bellas muchachas con bellas
y luego se la dejaron a los perros>>
Bien entrenados,
los perros de los militares
fuertes animales
comen todos los días
fornican todos los días,
con bellas muchachas con bellas
mujeres, la culpa no la
tiene el perro,
sabeusté,
perros fuertes,
los perros de los militares,
comen todos los días,
no les falta una mujer para fornicar
<<¿Qué es el exilio para usted?>>
Seguramente por el artículo le van a dar dinero,
nosotros hace días que no comemos
sabeusté,
perros fuertes,
los perros de los militares,
comen todos los días,
no les falta una mujer para fornicar
<<¿Qué es el exilio para usted?>>
Seguramente por el artículo le van a dar dinero,
nosotros hace días que no comemos
<<La moral es alta,
compañero, la moral está intacta>>
rotos los dedos, la moral está alta, compañero,
violada la mujer, la moral sigue alta, compañero,
rotos los dedos, la moral está alta, compañero,
violada la mujer, la moral sigue alta, compañero,
desaparecida la hermana,
la moral está alta,
compañero, hace dos días
que sólo comemos moral, de
la alta, compañero,
<<Dígame qué es el exilio, para usted>>
El exilio es comer moral, compañero.
<<Dígame qué es el exilio, para usted>>
El exilio es comer moral, compañero.
Dialéctica de los viajes
Para recordar
tuve que partir.
Para que la memoria
rebosara
como un cántaro lleno
–el cántaro de una diosa
inaccesible–
tuve que partir.
Para pensar en ti
tuve que partir.
El mar se abrió como un
telón
como el útero materno
como la placenta hinchada
lentas esferas nocturnas
brillaban en el cielo
como signos de una
escritura antigua
perdida entre papiros
y la memoria empezó a
destilar
la memoria escanció su
licor
su droga melancólica
su fuego
sus conchas nacaradas
su espanto
su temblor.
Para recordar
tuve que partir
y soñar con el regreso
–como Ulises–
sin regresar jamás.
Ítaca existe
a condición de no
recuperarla.
MONTEVIDEO
Nací en una ciudad triste
de barcos y emigrantes
una ciudad fuera del espacio
suspendida de un malentendido:
un río grande como mar
una llanura desierta como pampa
una pampa gris como cielo.
de barcos y emigrantes
una ciudad fuera del espacio
suspendida de un malentendido:
un río grande como mar
una llanura desierta como pampa
una pampa gris como cielo.
Nací en una ciudad triste
fuera del mapa
lejana de su continente natural
desplazada del tiempo
como una vieja fotografía
virada al sepia.
fuera del mapa
lejana de su continente natural
desplazada del tiempo
como una vieja fotografía
virada al sepia.
Nací en una ciudad triste
de patios con helechos
claraboyas verdes
y el envolvente olor de las glicinas
flores borrachas
flores lilas
de patios con helechos
claraboyas verdes
y el envolvente olor de las glicinas
flores borrachas
flores lilas
Una ciudad
de tangos tristes
viejas prostitutas de dos por cuatro
marineros extraviados
y bares que se llaman City Park.
de tangos tristes
viejas prostitutas de dos por cuatro
marineros extraviados
y bares que se llaman City Park.
Y sin embargo
la quise
con un amor desesperado
la ciudad de los imposibles
de los barcos encallados
de las prostitutas que no cobran
de los mendigos que recitan a Baudelaire.
la quise
con un amor desesperado
la ciudad de los imposibles
de los barcos encallados
de las prostitutas que no cobran
de los mendigos que recitan a Baudelaire.
La ciudad que aparece en
mis sueños
accesible y lejana al mismo tiempo
la ciudad de los poetas franceses
y los tenderos polacos
los ebanistas gallegos
y los carniceros italianos
accesible y lejana al mismo tiempo
la ciudad de los poetas franceses
y los tenderos polacos
los ebanistas gallegos
y los carniceros italianos
Nací en una ciudad triste
suspendida del tiempo
como un sueño inacabado
que se repite siempre.
suspendida del tiempo
como un sueño inacabado
que se repite siempre.
GOTAN
Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo
lejos
van marcando mi retorno
No, nadie te esperó,
nunca.
No te esperaron los
árboles
que habías plantado
ni la estatua del indio
herido
en bronce enmohecido
No te esperó tu tía
abuela
que murió llamándote
ni la silla de mimbre que
vendieron
ni la calle
que cambió de nombre
El mar no espera nunca
y en su ir y venir
no hay Arrabal
amargo
no hay Mi Buenos
Aires querido
cuando yo te vuelva a ver
No está Osvaldo Soriano
con su gato
recogido en la rue
que maullaba en francés
ni la dulce francesita
que te salvó de los flics
una noche de invierno, en
París
No está Raquel que vendía
periódicos
y preservativos y sabía
el nombre de los árboles
aún de los más viejos
No adivino el
parpadeo de las luces
que a lo lejos van
marcando mi retorno
No hay retorno:
el espacio cambia
el tiempo vuela
todo gira en el círculo
infinito
del sinsentido atroz
No quiero volver con
las sienes marchitas
las nieves del tiempo
platearon mi sien
No quiero un arrabal
amargo metido en mi vida
como una condena de una
maldición
ni que tus horas
sombrías torturen mis sueños
No quiero que el camarero
del Sorocabana
me pregunte, treinta años
después: “¿Un capuchino,
como siempre?”
Siempre no existe,
Gardel murió
y la Tana Rinaldi también
emigró.
Quiero otra luz, otro
mar,
otras voces, otras
miradas
romper este pacto de
nostalgia
que nos ata, como
una condena de una maldición
y no volver a soñar con
el barco que atraviesa una mar
oscura
para devolverme a la
ciudad donde nací.
No hay Volver
no hay arrabal
Sólo la soledad es igual
a sí misma.
BERNANIT
Creo que por amarte
voy a amar tu geografía
-“una fea ciudad fabril””
la llamó su poeta, Joan Maragall-
la avenida que la atraviesa diagonalmente
como un río inacabable
las fachadas de los edificios llenos de humo
bajo los cuales
-palimpsestos-
se descubren dibujos antiguos
inscripciones romanas.
Creo que por amarte
voy a aprender la lengua nueva
esta lengua arcaica
donde otoño es femenino
-la tardor-
y el viento helado
tramonta la montaña.
Creo que por amarte
voy a balbucear los nombres
de tus antepasados
y cambiar un océano nervioso
y agitado –el Atlántico-
por un mar tan sereno
que parece muerto.
Creo que por amarte
intercambiaremos sílabas y palabras
como los fetiches de una religión
como las claves de un código secreto
y, feliz, por primera vez en la ciudad extraña
me dejaré guiar por sus pasajes
por sus arcos y volutas
como la viajera por la selva
en el medio del camino de nuestra vida.
Las ciudades sólo se conocen por amor
y las lenguas son todas amadas.
voy a amar tu geografía
-“una fea ciudad fabril””
la llamó su poeta, Joan Maragall-
la avenida que la atraviesa diagonalmente
como un río inacabable
las fachadas de los edificios llenos de humo
bajo los cuales
-palimpsestos-
se descubren dibujos antiguos
inscripciones romanas.
Creo que por amarte
voy a aprender la lengua nueva
esta lengua arcaica
donde otoño es femenino
-la tardor-
y el viento helado
tramonta la montaña.
Creo que por amarte
voy a balbucear los nombres
de tus antepasados
y cambiar un océano nervioso
y agitado –el Atlántico-
por un mar tan sereno
que parece muerto.
Creo que por amarte
intercambiaremos sílabas y palabras
como los fetiches de una religión
como las claves de un código secreto
y, feliz, por primera vez en la ciudad extraña
me dejaré guiar por sus pasajes
por sus arcos y volutas
como la viajera por la selva
en el medio del camino de nuestra vida.
Las ciudades sólo se conocen por amor
y las lenguas son todas amadas.
VIVIR PARA CONTARLO
Te he cedido por una vez
el papel y el lápiz
la voz que narra
la crónica que fija
contra la muerte
la nostalgia de lo
vivido.
Y me va bien el cambio
te aseguro.
Quiero contemplar
quiero ser testigo
quiero mirarme vivir
te cedo gustosamente la
responsabilidad
como un escriba
ocupa mi lugar
goza si puedes con el
relevo
serás mi descendencia
mi alternativa.
La que vivió para
contarlo.
ESTRATEGIAS DEL DESEO
Las palabras no pueden
decir la verdad
la verdad no
es decible
la verdad no es lenguaje
hablado
la verdad no es un dicho
la verdad no es un relato
en el diván del
psicoanalista
o en las páginas de un
libro.
Considera, pues, todo lo
que hemos hablado tú y yo
en noches en vela
en apasionadas tardes de
café
–London, Astoria,
Arlequín–
sólo como seducción
en el mismo lugar que las
medias negras
y el liguero de encaje:
estrategias del deseo.
UN CICLO ENTERO
Me dices que hemos vivido
un ciclo entero
–Vivaldi, Las cuatro
estaciones–
y yo me regocijo.
“Es el segundo invierno
–me dices–,
ya sé cómo fue el
primero.”
El primer invierno:
citas voluptuosas en los
hoteles
entrábamos los viernes
salíamos los lunes
ni tiempo para comer
había que devorarse
mutuamente
brazos y piernas
labios y nalgas
una sed imperiosa de
sorberse
mi carne es tu carne
tu cuerpo es mi cuerpo
mi sangre es tu sangre.
Y la primavera
¿cómo fue entonces la
primavera?
“Una vez fuimos al cine
y me tomaste de la mano.”
No miré la película
lo confieso: sólo te
miraba a ti.
¿Florecieron los árboles?
“Tuviste alergia en la
primavera”
y nos citábamos en
hoteles lujuriosos
donde una muchacha negra
–seguramente una
emigrante–
tocaba al piano viejas
melodías.
Yo la miraba con
complicidad
y tú sonreías.
Luego llegó el verano
teníamos calor en los
hoteles
y aprendí el olor de tu
sudor.
“No me gusta sudar en
público”, te dije
recordé vagamente que no
sudaba desde hacía muchos años.
Ese verano tú escribiste
un diario
y yo no podía dejar de
recordarte
de modo que fui muy
infeliz.
Vino el otoño después
nuevos hoteles
hasta una casa en barrio
elegante
pero seguíamos
conociéndonos por el tacto
por el sudor por el
olfato
por la piel el pelo y las
papilas.
Oíamos música a veces
a veces encendíamos velas
pero especialmente
convocábamos a los poetas.
No era raro Darío en el
orgasmo
no era raro Dante en la
madrugada
no era raro Pavese al
anochecer
de los sueños imposibles:
huir en barco
marcharse a otra parte
–Kundera: la vida siempre
está en otra parte–.
Sin embargo
la vida
cruel
sanguínea
carnal
voluptuosa
la vida y su dolor
y sus sonrisas
estaba allí
encajada como un seno en
el otro
como un sexo en otro
sexo.
Como la boca en otros
labios.
DE AQUI A LA ETERNIDAD
Descubrir a Dios entre
las sábanas
-no en el templo fariseo
ni en la altiva mezquita-
sábanas blancas
sudario del amor que te cubría
manto sagrado
inicial la bienaventurada ascensión
de tu piel a la eternidad
de tu vientre al cíerculo celestial
sentir a Dios en tus húmedas cavidades
en el grito vertiginoso
de la jauría de tus vísceras
Saber
que Dios está escondido entre las sábanas
sudoroso
consagrando tu sangre menstrual
elevando el cáliz de tu vientre.
Descubrir, de pronto, que Dios
era una Diosa,
última ascesis,
de aquí a la eternidad.
-no en el templo fariseo
ni en la altiva mezquita-
sábanas blancas
sudario del amor que te cubría
manto sagrado
inicial la bienaventurada ascensión
de tu piel a la eternidad
de tu vientre al cíerculo celestial
sentir a Dios en tus húmedas cavidades
en el grito vertiginoso
de la jauría de tus vísceras
Saber
que Dios está escondido entre las sábanas
sudoroso
consagrando tu sangre menstrual
elevando el cáliz de tu vientre.
Descubrir, de pronto, que Dios
era una Diosa,
última ascesis,
de aquí a la eternidad.
EXTRANJERA
Extranjera en la ciudad
Extranjera entre los
otros de noche
Me encierro en el bar
gay.
Ah, mis hermanos…
El alegre maricón con el
pelo verde
Que baila sensualmente
Mientras se mira en el
espejo
Cual Narciso teñido
La profesora de francés
Vestida de George Sand
Con su alumna preferida
(Balthus)
Y las parejas siamesas
Que han conseguido
Eliminar las diferencias.
Pido una copa
Todo el mundo baila,
Todo el mundo menos yo.
¿Será posible que aquí
también
Entre falsos pelirrojos
Y lesbianas sin pareja
Te sientas otra vez una
extranjera?
INSEPARABLES
Y hubo que separar
todo aquello que estuvo siamesamente
unido
la carne de la carne
los labios de los labios
los dedos de los dedos
el vientre del otro vientre.
todo aquello que estuvo siamesamente
unido
la carne de la carne
los labios de los labios
los dedos de los dedos
el vientre del otro vientre.
Y hubo que separar
todo aquellos que estuvo
siamesamente
unido
el sueño del sueño
la epidermis de la
epidermis
la cutícula de la uña
las pestañas de los
párpados
el iris de la mácula
La cirugía obra milagros
La cirugía obra milagros
-también el
psicoanálisis-
Ahora volvíamos a ser
solos
individuales
tu rostro no era ya mi
rostro
tu despertar ya no era el
mío
ni mi mirada era la tuya.
Devolví al mundo lo que había devorado
feto de mi entraña
comida de mi hambre
agua de mi sed
sangre de mis venas
célula de mi tejido
hija de tu vientre
hija de tu vientre
alimento de tu plato
clítoris de tu sexo
epitelio de tus ojos.
Ahora ya somos dos.
La cirugía obra milagros
epitelio de tus ojos.
Ahora ya somos dos.
La cirugía obra milagros
-también el
psicoanálisis-
Instaurada otra vez y para siempre la soledad.
Instaurada otra vez y para siempre la soledad.
MI CASA ES LA ESCRITURA
En los últimos años
he vivido en más de cien
hoteles diferentes
(Algolquín, Hamilton, Humboldt,
Los Linajes
Grand Palace, Víctor
Alberto, Reina Sofía, City Park)
en ciudades alejadas
entre sí
(Quebec y Berlín, Madrid
y Montreal, Córdoba
y Valparaíso, París y
Barcelona, Washington
y Montevideo)
siempre en tránsito
como los barcos y los trenes
metáforas de la vida
En un fluir constante
Ir y venir
No me creció una planta
no me creció un perro
Sólo me crecen los años y
los libros
que dejo abandonados por
cualquier parte
para que otro, otra
los lea sueñe con ellos
En los últimos años
he vivido en más de cien
hoteles diferentes
en casas transitorias
como días
fugaces como la memoria
¿cuál es mi casa?
¿dónde vivo?
Mi casa es la escritura
la habito como el hogar
de la hija descarriada
la pródiga
la que siempre vuelve
para encontrar los rostros conocidos
el único fuego que no se
extingue
Mi casa es la escritura
casa de cien puertas y
ventanas
que se cierran y se abren
alternadamente
Cuando pierdo una llave
encuentro otra
cuando se cierra una
ventana
violo una puerta
Al fin
puta piadosa
como todas las putas
la escritura se abre de
piernas
me acoge me recibe
me arropa me envuelve
me seduce me protege
madre omnipresente.
Mi casa es la escritura
sus salones sus rellanos
sus altillos sus puertas
que se abren a otras puertas
sus pasillos que conducen
a recámaras
llenas de espejos
donde yacer
con la única compañía que
no falla
Las palabras.
(Transcripción María Florencia Milani)
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