MARÍA EUGENIA VAZ FERREIRA
La isla de los cánticos (1924)
RESURRECCIÓN
Quiero
tenderme en éxtasis beato
cabe la
fuente rítmica del verso
y escuchar
en polífona armonía
el himno
espiritual del pensamiento,
engarzado en
fantásticas palabras
que le
revistan con su idioma excelso
como piedras
preciosas, fulgurantes
del arco
iris bajo el gran reflejo.
Quiero que
el surtidor abra sus labios
junto a mi
oído religioso y trémulo
y semejante
a la fecunda aurora
riegue y
flamee sobre el parque muerto
haciendo
resonar las arpas mudas
y aromando
las rosas del deseo.
Quiero
juntar a la sonante boca
mi nebulosa
trágica de tedio,
que la
golpee la potente frase
entre las
ondas diáfanas del verso,
y a la
frescura de benignas lluvias,
bajo el rayo
inmortal del sacro fuego,
en cánticos
de vida y de esperanza
mi corazón
florecerá de nuevo.
SÓLO TÚ
Mi corazón ha rimado
con el
corazón del día
en un
palpitar flameante
que se
convirtió en cenizas…
Mi corazón ha rimado
con las
rosas purpurinas,
y se cayeron
los pétalos
de las
corolas marchitas…
Con el vaivén de los mares
mi corazón
hizo rima,
y se
rompieron las olas
en espumas
cristalinas…
Sólo tú, noche profunda,
me fuiste
siempre propicia;
noche
misteriosa y suave,
noche muda y
sin pupila,
que en la
quietud de tu sombra
guardas tu
inmortal caricia.
LAS QUIMERAS
Sangre bullente de las bocas rojas,
sangre que
brilla
y en
recónditos vasos se retrae
cuando
fervientes labios se avecinan...
Paladar calcinado,
lengua de
fuego
que lleva el
peregrino
bajo el sol
meridiano del desierto
y cuya sed
no aplacan
el límpido
raudal de los oasis
y el dulce
jugo de los cocoteros...
Collares desatados,
lacias
guirnaldas de los brazos quietos,
ceñidores de
amor nunca prendidos
para
estrechar los cuellos ofrendarios
y los torsos
solícitos...
Cuencas de las pupilas
curiosas de
figuras,
ebrias de
perspectivas deslumbrantes,
conturbadas
por blondos espejismos
adonde
fácilmente
se borran
los mirajes
como en el
mar la curva de las olas
y la fugaz
estela de las naves...
Placa de oro para el son propicia,
fibras de
acústica sonora
por donde
ruedan todas las palabras
sin imprimir
sus líricas rapsodias...
Campanas mudas de los corazones,
cosas
rebeldes,
también como
a vosotros
más de una
vez las manos me tendieron
más de una
vez riéronme los labios
y se deshizo
en cálidos aromas
la brasa de
sus rojos incensarios.....
También como a vosotros
miráronme
gozosas las pupilas,
que rayaron
en tórridos incendios
con brillo
de fulgentes pedrerías...
Mas seguí torvamente y tristemente
porque
también me ungieron en mal hora
con sedes y
ambiciones sobrehumanas,
con deseos
profundos e imposibles,
y voy como
vosotros
también
inaccesible e impotente.
cargando con
la cruz de la quimera,
ajustada a
la sien ardua corona,
sin poder
claudicar
y sin tocar
la carne de la vida
jamás,
jamás, jamás.
HACIA LA NOCHE
Oh noche, yo tendría
una palma
futura, desplegada
sobre el
gran desierto,
si tú me das
por una sola noche
tu corazón
de terciopelo negro,
y yo, al
compás de su morena sangre,
canto con
las ondas beatas el sacro silencio.
Mi canto será vivo
sólo por el
deseo
de serenar
la cuotidiana angustia…
Oh noche, yo te quiero
sin el
fulgor de luminosos astros,
sin marinos
clamores
y sin la voz
que finge
en los
cráneos sonoros el rumor de los vientos…
Oh dulce noche mía, oh dulce noche!
Aunque el
glorioso pájaro del alba
rompa
después mi lapidario ensueño,
un polvo de
inquietud arda en mis ojos,
y me seas de
nuevo
sólo una
palma antigua, replegada
sobre el
gran desierto.
ASPIRACIÓN
Adentro del pecho escondes
una jaula de
coral;
de su
misteriosa puerta
la llave,
dónde estará?
Yo sé de un pájaro libre
que en tan
estrecha prisión
quisiera
morir cantando
sus
ritornelos de amor…
BALADA DE LAS DULCES PERLAS
En el crisol de tu boca
quisiera
verte mis lágrimas,
esas
derretidas perlas
del hondo
mar de mis ansias…
Sólo tú sabes ser bueno
y envolver
con tus palabras
la inquietud
de mis caprichos
y el vaivén
de mi esperanza.
Aunque estés lejos te siento
tan cerca
que no hay distancia,
cuando en la
noche profunda
se llora sin
tener causa.
Y en el crisol de tu boca
quisiera
verter mis lágrimas;
yo sé que me
las darías
en dulce
dicha trocadas,
esas
derretidas perlas
del hondo
mar de mis ansias…
EL CAZADOR Y LA ESTRELLA
A flor de vida van los corazones
como
estrellas de mar sobre las aguas.
Van con la
onda furtiva, distinta,
en un
romántico juego de gracia...
Bogan los
corazones
como
estrellas de mar sobre las aguas.
Algunas
fosforecen en la noche,
o bajo el
cabrilleo del sol danzan;
algunas
saben la ciencia quimérica
y se plasman
en peregrinas formas
de lumen
sacro, de frágil materia...
Y como
quiere la armonía cósmica
que sean dos
los bandos combatientes,
armados van
en sus flotantes barcas
los
cazadores con redes de oro.
Oh derrotas
bajo el
vidrio de las olas sepultas
con
transparentes lápidas...
oh victorias
que corona la espuma
con risas
quedas y con rosas blancas...
prófugas que
glisaron audazmente
el rudo afán
de los conquistadores,
timón
versátil del corsario errante,
idílicos
vaivenes
burlando en
un zig-zag funambulesco
la majestad
de las proras triunfales.
Y tú,
viajero, mi dulce enemigo,
que el
guerrero atavío llevas quieto,
el mástil
sin pendón, la frente inmóvil
bajo el
fulgor prismático del iris,
que vas
ciego a la luz y sordo al canto,
vanamente
los vividos corales
como labios
se pegan a tu borda,
anida el
viento en tus plegadas velas
y te llaman
con fantásticas liras
desde las
sirtes las rubias sirenas...
tú no vas
solo en la patria sin rutas...
cuando a la
vida toda cosa duerme,
descansa el
viento en su gruta de nácar,
las ninfas
posan la discreta mano
sobre las
liras mudas, cuando cierran
su boca azul
el florecido loto
y sus ojos
las lámparas sidéreas,
cuando nada
está vivo, cuando nadie
vivo está
más que tú, viajero triste,
una estrella
de mar,
la más
lunática, la más rebelde,
hija del
arte y de la libertad,
al impulso
de un arcano deseo,
el alma a
media luz, sola y distante,
va siguiendo
en silencio hora tras hora
la
misteriosa estela de tu nave.
NOCTURNO
¡Árbol nocturno, alma mía,
sólo mía y
solitaria…
cubierto
estás por la nieve
de una noche
triste y larga!
Por eso si te sacude
alguna
amorosa ráfaga,
en vez de un
sendal de flores
cae una
lluvia de lágrimas…
VASO FURTIVO
Por todo lo breve y frágil,
superficial,
fugitivo,
por lo que
no tiene bases,
argumentos
ni principios;
por todo lo
que es liviano,
veloz,
mudable y finito;
por las
volutas del humo,
por las
rosas de los tirsos,
por la
espuma de las olas
y las brumas
del olvido...
por lo que
les carga poco
a los pobres
peregrinos
de esta
trashumante tierra
grave y
lunática, brindo
con palabras
transitorias
y con
vaporosos vinos
de burbujas
centelleantes
en cristales
quebradizos...
SACRA ARMONÍA
Glorioso placer de la armonía
con una gloria inmaterial y mística
misteriosa, dolorosa y profunda
en la visión de su potencia arcana.
Glorioso placer de la armonía,
despertar de su sueño
el secreto de la entraña recóndita
disperso en chispas como estrellas
vírgenes
entre las cavidades de la sombra...
Glorioso placer de la armonía,
Jugar con ellas un divino juego
de perfección y de inmortalidad.
La fantasía, como el sol y el viento,
del silencio y la sombra
los divinos destinos les arranca;
la fantasía, como el sol ardiente,
la fantasía, como el viento alada ...
Y vuelve al numen con su gran tesoro
y hay una boda extraña
de un misterioso amor que resplandece
prendido al oro de su misma flama
Glorioso placer de la armonía
inmaculada.
¡ Oh los conquistadores
entre el eco de las ondas sonoras
y la fulguración del arco-iris...
Su exaltación gloriosa y palpitante
en los sublimes juegos
con la rosa de la policromía
y con la lira magistral del verbo
.......
Cómo ascienden, las rítmicas escalas
y las albas clarean,
y se unifican para ignotos himnos
olas de un mar en inquietud perpetua…
¡ Oh los conquistadores,
cuando brota la voz que llevará
diáfana y pura como un son patricio
el pensamiento hacia la libertad....
Cuando el bloque límpido y severo
sobre la blanca rigidez del mármol
lanza la curva su infinito vuelo... .
Cuando
surge la forma de la nueva gracia
con vibración de rumorosas cítaras
o con serena majestad de estatua ¡
Glorioso placer de la armonía…
Alguna vez en el turbado numen
palidece la fuerza inspiratoria,
pero la enamorada fantasía
prosigue su camino, toca el astro,
y en el interno alcázar triunfalmente
se enciende en fuego el pórtico
sagrado.
EMOCIÓN
PANTEÍSTA
Señor, te diré que la sabrosa belleza
Señor, te diré que la sabrosa belleza
de esa tu carne pálida, me hace llorar de amor;
lloro
por la magnolia de tu cara, por esa
cara
que está desnuda sobre su tallo en flor.
Laureando
con tu gracia mi gloriosa tristeza,
con
hojas de tus ojos de cambiante verdor,
vas
hasta el fondo arcano de mi naturaleza
por
todos mis jardines y siempre vencedor.
Señor, quizá tú eres suavemente fuerte,
quizá
tu cáliz dona consolación de muerte
a
tiempo que florece tu espléndido fervor;
también
yo soy ambigua, por eso es que te siento
y
lloran, cuando abres bajo mi pensamiento,
mi
aurora y mi crepúsculo su rocío de amor.
MIRAJE
La verdad vive en la lumbre
y en la sombra las mentiras;
por eso sólo en la noche,
tus dulces ojos me miran.
El padre Sol se levanta
desgarrando las tinieblas,
y tus ojitos… se esconden
con las pálidas estrellas.
LOS DESTERRADOS
Una fría tarde triste
yendo por una apartada
ruta, al través de los turbios
cristales de una ventana
yo lo vi gallardamente
curvado sobre las fraguas.
El cabello sudoroso
en ondas le negreaba
chorreando salud y fuerza
sobre la desnuda espalda.
Le relucían los ojos
y la boca le brillaba
henchida de sangre roja
bajo la ceniza parda.
Y era el acre olor del hierro
luz de chispas incendiarias,
rudo golpe del martillo,
vaho ardiente de las ascuas,
que las mal justas rendijas
hasta mí fluir dejaban
con ecos de cosa fuerte
y efluvios de cosa sana.
“Dios de las misericordias
que los destinos amparas,
cuando me echaste a la vida
¿por qué me pusiste un alma?
Mírame como Ahasvero
siempre triste y solitaria,
soñando con las quimeras
y las divinas palabras …
Mírame por mi camino,
como por una vía apia
de sonrisas incoloras
y de vacías miradas...
¿ Por qué no te plugo hacerme
libre de secretas ansias,
como a la feliz doncella
que esta noche y otras tantas
en el hueco de esos brazos
hallará la suma gracia ?”
Así me quejé y a poco
seguí la tediosa marcha,
arropada entre las brumas
pluviosas, y me obsediaban
como brazos extendidos
los penachos de las llamas
y unos ojos relucientes
adonde se reflejaba
el dorado y luminoso
serpenteo de las fraguas.
EL MENSAJERO DERROTADO
A buscar mi infiel tesoro
va por el camino incierto
fogoso corcel que azuza
la libertad del deseo;
Y el corcel de mis amores
sin alzarte caballero,
tendido queda a tus plantas
en blanca espuma deshecho...
EMOCIÓN PANTEÍSTA
Señor, te diré que la sabrosa
belleza
de esa tu carne pálida, me hace llorar de amor;
lloro por la magnolia de tu cara, por esa
cara que está desnuda sobre su tallo en flor.
Laureando con tu gracia mi gloriosa tristeza,
con hojas de tus ojos de cambiante verdor,
vas hasta el fondo arcano de mi naturaleza
por todos mis jardines y siempre vencedor.
Señor, quizá tú eres suavemente fuerte,
quizá tu cáliz dona consolación de muerte
a tiempo que florece tu espléndido fervor;
también yo soy ambigua, por eso es que te siento
y lloran, cuando abres bajo mi pensamiento,
mi aurora y mi crepúsculo su rocío de amor.
ODA A LA BELLEZA
Oh Belleza, que tú seas bendita,
ya
que eres absolutamente pura,
ya
que eres inviolada,
Límpida,
firme, sana e impoluta.
Fuente
de la divina complacencia,
Oasis
infinito
que
prodigas los éxtasis beatos
y
las románticas contemplaciones...
Adonde quiera que tu signo luzca,
adonde quiera que la esencia encarnes,
emerge
de tu gaya fantasía
una
gloria serena y luminosa
una
fruición profunda e inefable...
Eres el cauce pródigo
surtidor
de armonía,
crisol
de místicas depuraciones,
la
veta que colora y que sublima
el
eterno miraje;
eres
la gema augusta
prendida
sobre el arca
fértil
del universo.
Aunque el ciego te ignore,
el
profano te niegue
y
el infiel te repudie,
eres
eternamente triunfadora
sobre
la indiferencia de los necios
y
la conjuración de los apóstatas…
Aunque los pecadores
te
inculpen sus pecados,
y
te acusen los réprobos
de
atributos malditos,
eres
inmaculada e inocente;
no
te corrompes con la hiel del odio
ni
la ponzoña del amor sacrílego.
Eres inaccesible,
Eres
pasiva y sola,
sencilla
y sobrehumana;
no
inspiras, no padeces
el
dominio imperial de la materia
ni
la sensible turbación del alma ...
Entre todos los acontecimientos
evoluciones,
mitos y teorías,
entre
la suficiencia que te alaba
y
la diversidad que te interroga,
tú
te levantas religiosamente
dentro
la urna dúctil de tu forma
como
en la alada prez del incensario
la
inmunidad de la sagrada hostia.
Oh Belleza, que tú seas bendita,
más
la sabia legión de tus apóstoles,
la
entraña que te crea,
el
sol que te ilumina,
el
prisma que te agranda,
la
plancha que te copia,
el
áureo pedestal que te enaltece
y
el soberano lis que te corona.
Por eso sobre el plinto de tu imagen,
sobre
la majestad de tu hermosura,
sobre
el fulgor joyante de tus iris,
sobre
la egregia línea de tus curvas
pongo
la rendición del canto mío ...
a
tu gracia inmortal loa fecunda.
LIBERATORIA
Acordeón de rudas voces
que
cerca del puerto suenas
tu
canción hecha de adioses
sin
alegrías ni penas.
De adioses de tierra y mar,
polvo
y nube, luna y cielo
en
perpetuo ritornelo
de
pasar, pasar, pasar . . .
Los eternos navegantes
dejan
su ruta infinita,
como
los fieles amantes
tienen
contigo una cita.
Y las manos marineras
te
dan sus caricias vanas
entre
sotas cantineras
y
perfumados nirvanas.
Te cantan vagas canciones
con
la mirada perdida,
por
eso tienen tus sones
clamorear
de despedida.
Tienen coros peregrinos
que
se van entre las brumas,
grito
de albatros marinos
y
evanescencia de espumas.
Acordeón de rudas voces,
tu
corazón es de viento,
y
tu musical acento
polifonía
de adioses...
Ah, quién pudiera imitar
el
alma tuya viajera ¡
Quién
pudiera
irse
sin cesar...
BARCAROLA DE UN
ESCÉPTICO
Alma mía
que
tornas al viejo lar
con
la red seca y vacía
de
las orillas del mar
con
la red seca y vacía
que
en la plenitud del día
no
te atreviste a arrojar.
Yo he visto los pescadores
pescando
gloria y amores
que
disiparon después.
Unos
llevan cosas muertas;
otros
las llevan desiertas
lo
mismo es.
Alma mía,
que
la red seca y vacía
no
te atreviste a arrojar.
Entre
la arena y las olas
existen
dos cosas solas:
morir
o matar.
Alma mía
que
traes la red vacía
de
las orillas del mar …
TU ROSA Y MI CORAZÓN
Antes que entre tus labios y mi oído
el
ciprés del silencio, largo y mudo,
alce
su quieta cima,
de
tu palabra en el cristal sonoro
dame
una roja rosa, que será
por
tu lirismo y tu carne fragante
rosa
de amor humano y rosa mística.
La
prenderé en mi pecho
sobre
la palpitante rosa mía,
y
del perpetuo beso el tibio roce
esparcirá
sus perfumadas ondas...
Hoy,
ebria
de aroma me será brindada
la
belleza infinita...
y
en mi larva fugaz cuando se apaguen
los
armoniosos éxtasis
me
envolverán las perfumadas ondas
en
su mortaja amante y siempreviva.
Dame una rosa, antes
que
el ciprés largo y mudo, entre nosotros
alce
su quieta cima...
A HEROS
Heros
fecunda y pía, buena como una hermana
cuya
complicidad el sacro amor combina;
estrella
soberana
protectora
de idilios, estrella peregrina,
cuántas
y cuántas veces tu lámpara divina
prendió
para mis noches su blonda filigrana,
y
cuántas fue que el ritmo de la elocuencia humana
tendiera
en mis oídos su alada serpentina...
¡ Cuántas y cuántas veces
mientras
me susurraban las rogativas preces
dijérate
en silencio: “¡ Madre mía, ¡ perdón !“
¡
Así como en el vaso de márgenes cerradas
vertieran
sus tesoros las pródigas cascadas
glisaban
tus ofrendas sobre mi corazón!...
VIA SECRETA
¡ Cuántas cosas, dueño mío,
cuántas
hay que nos separan;
roca,
abismo, mar y cielo,
eternos
tiempo y distancia !...
Pero yo te digo un nombre
y
tantas veces lo digo
que
tengo una ruta abierta
entre
mi boca y tu oído.
EL ATAÚD FLOTANTE
Mí
esperanza, yo sé que tú estás muerta.
No
tienes de los vivos
más
que la instable fluctuación perpetua;
no
sé si un tiempo vigorosa fuiste,
ahora,
estás muerta.
Te
han roído quién sabe
qué
larvas metafísicas que hicieron
entre
tu dulce carne su cosecha.
En
vano
el
mágico abanico de tus alas
con
irisadas ráfagas me orea
soltando
al aire turbadoras chispas. .
Yo
sé que tú eres de esas
que
vuelven redivivas en la noche
a
decir otra vez su última verba...
Ya
te he visto venir
blanca
y piadosa como un santo espíritu
sobre
el vaivén de las marinas ondas;
te
he visto en el fulgor de las estrellas,
y
hasta los bordes de mi quieta planta
danzan
tus llamas en festivas rondas.
Pero
si al interior vuelvo los ojos
Veo
la sombra de tu mancha negra,
miro
tu nebulosa en el vacío
dar
poco a poco su visión suspensa;
sin
el miraje de los fueros fatuos
veo
la sombra de tu mancha negra.
No
llores porque sé los ojos míos
saben
vivir en lontananzas huecas;
míralos
secos y tranquilos; márchate
y
el flotante ataúd reposar deja
hasta
que junto a ti también tendida
nos
abracemos como hermanas buenas
y
otra vez enlazadas nos durmamos
en
el sepulcro vivo de la tierra.
VOZ BEATA
“Hija” me han dicho tus labios,
“Hija”,
qué dulce canción!
Y
a la sola ánima mía
qué
bien le llegó esa voz!
“Hija”,
palabra divina,
tan
llena del Hombre mismo
más
que una frase de amor.
“Hija”
. . .
Todo
hombre es un poco padre,
por
amante y por varón,
sexo
superbo e invicto,
hecho
de sublime audacia
y
de pudor;
sexo
de estatuas, tallado
en
fuerza de inspiración,
Helios
vivo, mansa luna,
alma
y carne y sangre y fuego
vencedor.
Por
eso tu nombre, “Hija”
fue
como un rayo de sol
sobre
el sudario de nieve
que
envuelve mi corazón,
y
en mi solitaria estancia
cuando
la noche llegó
había
una lumbre nueva.
que
daba un tibio fulgor
y
me dormí dulcemente,
profundamente
arropada
en
la gloria de tu voz.
INVOCACIÓN
Oh noche embriagadora
hecha
de soledad y de desesperanza,
que
brindas en tu copa de azabache y de estrellas
sobre
la tierra ardiente en quietud derramada.
Noche de las delicias mudas y negativas
de
que gozan los muertos vivos como fantasmas,
abrochando
en la sombra su carnal vestidura
marchita
de enflorar la fiesta meridiana.
Noche, noche infinita, rincón de los olvidos,
perdón
de penitentes que nunca hicieron nada
más
que cargar a solas el pesado madero
sobre
la ligereza cautiva de sus alas...
Te espero día a día
para
esconder mis horas en la paz de tu lápida,
cuando
las ondas vivas su vibración aquietan
bajo
la fuerza ignota de atávicos nirvanas,
y en invisibles soplos
el
numen secular su inspiración levanta
del
fondo de los tiempos para siempre extinguidos,
aunque
la rueda cósmica traiga sus añoranzas.
Yo no sé lo que dice tu boca abierta y muda
al
que doró su tienda con oro de esperanza,
pero
yo sé que sabes con amorosa ciencia
tenderte
suavemente sobre el alma cansada!
Tu voz dice en silencio tu eternidad futura;
la
rúbrica del “Fin” está en tu obscura mancha,
aunque
a besarte vengan en sus carros sonoros
con
sus aureolas rubias las doncellas del alba.
Todavía los mundos
relucen
en la bóveda de tu urna sagrada;
Un
viejo tesorero se ha dormido en los tiempos
y
ha olvidado en tu fondo sus últimas alhajas...
Dale a los beneditos que todavía sueñan,
tus
áureas lentejuelas y tu hostia de plata,
y
a mí, que te deseo inextinguible y única,
dame
la eternidad dé tu silencio, oh Hermana.
HISTORIA PÓSTUMA
Todo me lo diste, todo:
el
ritmo azul de las cunas
en
cuentos maravillosos
glosados
de suaves músicas . . .
Las palabras melodiosas
divinas
como el silencio,
las
rosas de nieve y oro
perfumadas
de secretos...
Las albas anunciadoras
de
los venturosos días
henchidos
de primaveras
refulgentes
de sonrisas...
Las pálidas nebulosas
de
los cielos taciturnos,
la
soledad, el olvido
y
la paz de los sepulcros.
BEATITUD
Con el vaivén de sus ondas
muchos
cantos me han mecido:
pesados
fueron los besos,
las
risas y los suspiros.
Tus brazos han de ser suaves
como
el ritmo de las cunas,
quisiera
dormirme en ellos
y
no despertarme nunca.
INVITACIÓN AL OLVIDO
Humedecido en mi lloro
flameó
tu blanco pañuelo,
y
calló su ritornelo
nuestro
adiós largo y sonoro.
Se
unió el quejumbroso coro
del
viento a mi acerbo duelo,
mientras
me miraba el cielo
con
sus pupilas de oro.
Resonó el postrer silbido,
tras
el çrespón de la bruma
el
buque ocultóse al par;
y
brindándome el olvido
en
su ancha copa de espuma,
“Bebe”,
me decía el mar...
HEROICA
Yo quiero un vencedor de toda cosa,
invulnerable,
universal, sapiente,
inaccesible
y único.
En cuya grácil mano
se
quebrante el acero,
el
oro se diluya
y
el bronce en que se funden las corazas,
el
sólido granito de los muros,
las
rocas y las piedras
los
troncos y los mármoles
como
la arcilla modelables sean.
A cuyo pie sin valla y sin obstáculo
las
murallas amengüen,
se
nivelen los pozos,
las
columnas se trunquen
y
se abran de par en par los pórticos.
Que posea la copa de sus labios
el
licor de la vida,
el
virus de la muerte,
la
miel de la esperanza,
las
beatas obleas del olvido,
y
del divino amor las hostias sacras.
Que al erótico influjo de sus ojos
se
empañen los cristales,
la
nieve se calcine,
se
combustione el seno
virginal
de las selvas
y
se empenache con ardientes ascuas
el
corazón de la rebelde fémina.
Que al rayar de su testa iluminada
resbalen
de las frentes
las
más bellas coronas,
los
lábaros se borren,
repliegue
sus insignias
la
faz del estandarte
y
vacilen los símbolos ilustres
sobre
sus pedestales.
Yo quiero un vencedor de toda cosa,
domador
de serpientes,
encendedor
de astros
transponedor
de abismos...
Y que rompa una cósmica fonía
como
el derrumbe de una inmensa torre
con
sus cien mil almenas de cristales
quebrados
en la bóveda infinita,
cuando
el gran vencedor doble y deponga
cabe
mi planta sus rodillas ínclitas.
ELEGIA CREPUSCULAR
Viento
suave del crepúsculo,
viento
de las leves alas,
azulmente
silenciosas
y
azulmente so1itarías,
anónimo
pasajero
fugaz
en todas las patrias,
en
las misteriosas selvas
y
en las grutas oceánicas,
viento
suave del crepúsculo,
viento
de las leves alas...
Tu
roce sobre mi frente
tiene
la misma eficacia
de
la luna entre las ruinas,
de
los óleos en las llagas
y
de las claves que aflojan
el
cordaje de las arpas...
Tu fresco soplo serena
la
exaltación de mi alma
fosca
de llamar sin nombre
y
esperar sin esperanza
por
haber nacido póstuma
dentro
de su propia lápida...
Viento
suave del crepúsculo
que
cruzas sin decir nada
el
transitorio paréntesis
suspenso
en la sombra vaga,
cuando
enmudecen las cosas
o
todavía no cantan,
cuando
de los rojos soles
palidecieron
las flamas
y
las nocturnas estrellas
están
todavía pálidas...
Si
yo supiera estar triste
yo
me desharía en lágrimas
para
que así me bebieran
las
caricias de tus ráfagas
¡Qué
lindo renunciamiento!
¡Qué
liberación beata!
Viento
suave del crepúsculo
si
tus brisas me acabaran,
azulmente
silenciosas
y
azulmente solitarias,
viento
suave del crepúsculo,
viento
de las leves alas.
LA ESTRELLA
MISTERIOSA
Yo
no sé dónde está, pero su luz me llama,
¡oh
misteriosa estrella de un inmutable sino!. . .
Me
nombra con el eco de un silencio divino
y
el luminar oculto de una invisible llama.
Si
alguna vez acaso me aparto del camino,
con
una fuerza ignota de nuevo me reclama:
gloria,
quimera, fénix, fantástico oriflama
o
un imposible amor extraño y peregrino...
Y sigo eternamente por la desierta vía
tras
la fatal estrella cuya atracción me guía,
mas
nunca, nunca, nunca a revelarse llega!
Pero
su luz me llama, su silencio me nombra,
mientras
mis torpes brazos rastrean en la sombra
con
la desolación de una esperanza ciega.
REGRESO
He
de volver a ti, propicia tierra
como
una vez surgí de tus entrañas;
con
un sacro dolor de carne viva
y
la pasividad de las estatuas.
He
de volver a ti gloriosamente,
triste
de orgullos arduos e infecundos
con
la ofrenda vital inmaculada.
No
sé, cuando labraste el signo mío,
el
crisol armonioso de tus gestas
dónde
estaba...
dónde
la proporción de tus designios...
Tú
me brotaste fantásticamente
con
la quietud de la serena sombra
y
el trágico fulgor de las borrascas...
Tú
me brotaste caprichosamente
alguna
vez en que se confundieron
tus
potencias en una sola ráfaga...:
Y
no tengo camino;
mis
pasos van por la salvaje selva
en
un perpetuo afán contradictorio,
la
voluntad incierta se deshace
para
tornasolar la fantasía;
con
luz y sombra, con silencio y canto
el
miraje interior dora sus prismas;
mientras
que siento desgranarse afuera
con
llanto musical los surtidores,
siento
crujir los extendidos brazos
que
hacia el materno tronco se repliegan,
temor,
fatiga. solitaria angustia,
y
en un perpetuo afán contradictorio
mis
pasos van por la salvaje selva.
Ah,
si pudiera desatar un día
la
unidad integral que me aprisiona
Tirar
los ojos con los astros quietos
de
un lago azul en la nocturna onda. . .
Tirar
la boca muda entre los cálices
cuyo
ferviente aroma sin destino
disipa
el viento en sus alas flotantes
Darle
el último adiós
al
insondable enigma del deseo,
cerrar
el pensamiento atormentado
y
dejarlo dormir un largo sueño
sin
clave y sin fulgor de redenciones
Alguna
vez me llamarás de nuevo
Y
he de volver a ti, tierra propicia,
con
la ofrenda vital inmaculada,
en
su sayal mortuorio toda envuelta
como
en una bandera libertaria.
HOLOCAUSTO
Quebrantaré
en tu honra mi vieja rebeldía
Si
sabe combatirme la ciencia de tu mano,
si
tienes la grandeza de un templo soberano
ofrendaré
mi sangre para tu. idolatría.
Naufragará
en tus brazos la prepotencia mía
si
tienes la profunda fruición del océano,
y
si sabes el ritmo de un canto sobrehumano
silenciarán
mis arpas su eterna melodía.
Me volveré paloma si tu soberbia siente
la
garra vencedora del águila potente;
si
sabes ser fecundo seré tu floración,
y
brotaré una selva de cósmicas entrañas,
cuyas
salvajes frondas románticas y hurañas
conquistará
tu imperio si sabes ser león.
SERENATA
Te
gusta que esté a tu lado,
te
gusta mi canto alado
aunque
tú no me lo digas, mi amor;
eres
triste peregrino
amas
la gloria del trino
y
yo soy un ruiseñor...
La
misma fuente murmura
tu
ventura y mi ventura
aunque
tú no me lo digas, mi bien;
y
aunque no me digan nada
ni
tu voz ni tu mirada,
todo
tú me dice: “¡Ven !“
Alguna cercana noche
o
alguna noche lejana
romperá
mi pico el broche
secreto de tu ventana,
y con las alas tendidas
para
remontarte en ellas
llevaré
nuestras dos vidas
a
fundirse en las estrella
Verás qué dulce fulgor
a
aunque tú no me lo digas, mi amor.
LA RIMA VACUA
Grito
de sapo
llega
hasta mí de las nocturnas charcas
la
tierra está borrosa y las estrellas
me
han vuelto las espaldas.
Grito de sapo, mueca
de
la armonía, sin tono, sin eco,
llega
hasta mí de las nocturnas charcas...
La
vaciedad de mi profundo hastío
rima
con él el dúo de la nada.
DESDE LA CELDA
¡
Ay de aquel que fuera un día
novio
de la soledad!
Después
de este amor supremo
¿a
quién amará?
¿Quién
sin dar nada se entrega
y
estrecha sin abrazar?
¿Quien
de un vacío tesoro
hace
que se pida “más!”?
¿Qué araña invisible y muda,
carcelera
singular,
teje
sus rejas abiertas
y
el cautivo no se va?
Los aldabones golpean
con
rumor de eternidad,
y
el corazón .solitario
le
responde: “Más allá”...
Sí, más allá de sí mismo,
más
allá del propio mal,
amorosamente
solo
con
su mal de soledad.
Afuera
ríen los soles
sus
vitrinas de cristal
racimos
de perlas vivas
al
pasajero le dan.
Por los caminos del mundo
cruza
la marcha triunfal.
Evohé
!... siga. la fiesta...
¡Ay
de aquel que fuera un día
novio
de la soledad!
AVE CELESTE
Alma,
sé libre y rauda, sé límpida y sonora
como
un maravilloso pájaro de cristal,
en
cuyas alas canten las perlas de la aurora
y
las campanas suaves del himno vesperal.
De
toda resonancia, la vibración perciba
sobre
su espejo armónico tu carne siempreviva
Alma,
sé sensitiva
como
un maravilloso pájaro de cristal.
La
media noche tiembla su cabrilleo astral
y
por la voz de viento la soledad suspira;
alma,
tiende tus alas sobre la inmensa lira!
De
tu revuelo cósmico para el flotante espejo
esplenderá
la gama del son y del reflejo
poniendo
en ti la rima plural de sus escalas
y
la visión del iris al arco de tus alas...
Todos
los surtidores dirán su fantasía
en
el inmaculado crisol de tu armonía;
crisol
hospitalario de purificación
que
hace al reflejo diáfano y melodioso al son...
Todos
los surtidores dirán su fantasía;
ondas
del pensamiento, rosas del corazón,
plegarias
que se esconden entre los labios mudos,
choque
de los escudos
que
hace lucir la torva fulguración del bronce...
Entonces
cómo
será divino
tu
canto cristalino!
El
grito clamoroso de angustia o de esperanza
que
hacia el espacio lanza
sin
eco su elegía,
en
el inmaculado crisol de la armonía
lo
trocará en gorjeos tu pico musical:
oh
límpido y sonoro pájaro de cristal!
CANTO VERBAL
A
ti, palabra mi suprema dea,
tiende
sus alas la esperanza mía
águila
errante del desierto humano .
sin
altas cumbres donde reposar
el
tedio de las rutas infinitas...
Tiende
sus alas como a excelsa fuente
pródiga
de bel1eza y de armonía;
quiere
beber en tu copa de oro,
quiere
bañarse en el agua sonante,
mudable
en sus ritmos, diversa en sus glosas
y
cuyo oleaje ya
sacudido
por vértigos fecundos
o
melodioso de serenidad...
A
ti, palabra. que tienes la magia
de
sabiamente transmutar tu forma
y
ajustarla a la loca trashumancia
de
la maravillosa ánima viva....
Oh
profunda, variante y fugaz,
que
floreces en vetas luminosas
perfumadas
de esencia espiritual...
Ánfora
de
caudalosas perlas en murmurio,
de
blancas nieves y de rojas flamas.
Ánfora
de tempestades y constelaciones,
de
suaves lluvias y silbantes rachas...
Ánfora
de
sonoras cadencias,
de
crujiente espuma, cascabel marino,
de
místicas hostias y de miel pagana...
No
hay un tesoro que supere al tuyo
en
abundancia de oportunas galas
para
quimeras y revelaciones,
grandes
historias y leyendas magnas
no
hay un tesoro que supere al tuyo,
vertiginoso
para la elocuencia,
inagotable
para la ilusión,
lírico
para el numen romancesco
y
musical para el divino amor...
Por
tu vocero el invisible espíritu
se
glorifica en vividas ofrendas,
su
lira tañen las carnales fibras
y
el corazón henchido se desborda
en
sublimes poemas...
Por
ti
sobre
el bronce triunfal de los escudos
brotaron rosas trágicas,
cuyo
fragante olor de sangre noble
blasonó
las estirpes y las razas.
Por
ti
en
las verdes pupilas de las fieras
las
sombras de los ímpetus salvajes
se
trocaron en. húmedas estrellas.
Por
ti se abrió de muchas rocas duras
el
regazo feraz
en
el dulce licor de sus vertientes
se
confortó la esperanza mortal.
Yo
no sé en qué fantástica materia
al
escultor de la progenie humana
le
plugo modelar la estatua mía,
que
no ablanda la luz de las auroras
ni
el oscuro crepúsculo marchita;
pero
si alguna vez mi corazón
abre
a la vida su raudal interno,
sí
se doran mis áridas llanuras
y
se pueblan de esquifes mis océanos,
si
se viste de estelas fulgurantes
la.
nebulosa noche de mis piélagos
y
las alas sin sol de mis pendones
en
raudas ondas flotan a los vientos,
si
gorjean mis pájaros será
cuando
en la entraña de un sacro silencio
sobre
la losa de mi tumba viva
choque
su llama tu rayo de fuego.
VOZ DEL RETORNO
Nada
le queda al náufrago; ya nada: ni siquiera
la
dulce remembranza de un viejo sueño vano,
ni
la marchita y frágil ala de una quimera
que
al estrecharse deja su polvo entre la mano.
La
medía noche es tarde y el alba fue temprano,
y
el orgulloso día le dijo al sol: “Espera”;
quien
sin besarla aspira la flor de Primavera,
pasa
como una sombra por el jardín humano.
Violetas de los prados en el solar fragante,
rosas
de los pensiles rojas y perfumadas
que
al pasajero abrieron su misterioso broche;
el
náufrago. retorna como una sombra errante,
sin
una sola estrella de flámulas doradas
con
que alumbrar el fondo de su infinita noche.
IMPROMPTU SENTIMENTAL
Déjame
que hoy te acaricie
aunque
te olvide mañana;
la
abeja liba en la rosa
y
al aire tiende sus alas...
Del mar las ondas azules
una
vez besan la playa,
y
el céfiro rumoroso
dice
su secreto, y pasa...
Déjame que hoy te acaricie
aunque
me olvides mañana;
sic-transit,
gloria del mundo,
sic-transit,
con sus fantasmas.
Ven, que el furtivo momento
nos
dice dulces palabras,
y
lo que vendrá otro día
quien
sabe cómo se llama...
ÚNICO POEMA
Mar
sin nombre y sin orillas,
soñé
con un mar inmenso,
que
era infinito y arcano
como
el espacio y los tiempos.
Daba máquina a sus olas,
vieja
madre de la vida,
la
muerte y ellas cesaban
a
la vez que renacían.
Cuánto nacer y morir
dentro
la muerte inmortal!
Jugando
a cunas y tumbas
estaba
la Soledad...
De pronto un pájaro errante
cruzó
la extensión marina;
“Chojé...
Chojé...” repitiendo
su
quejosa mancha iba
Sepultóse en lontananza
goteando
“Chojé... Chojé...”
Desperté
y sobre las olas
me
eché a volar otra vez.
FANTASIA DEL DESVELO
Alma mía ¿que velas
en
la nocturna hora, como los centinelas,
con
los ojos abiertos para mejor velar,
si
no tienes ningún tesoro que guardar?
Qué
velas, alma mía,
mientras
que asordinados en su funda sombría
redoblan
sin cesar
tambores
misteriosos su trémula elegía?
Que guardar ni esperar tienes ningún tesoro.
Sobre
el oleaje inquieto,
no
el birreme de oro
llega
para la cita;
no
te revelarán la Esfinge su secreto
ni
las esferas cósmicas su música inaudita.
¿Por qué guardas celosa como un soldado alerta
mientras
reposa todo, tu solitaria puerta
si
no tienes ningún tesoro que escoltar,
ninguno
que esperar?...
Es en vano, alma mía,
es
en vano que veles.
La
noche pasa sobre sus fúnebres corceles
y
el sol del nuevo día
con
la irisada pompa de todos sus carieles
se
quebrará en el fondo de tu urna vacía.
ENMUDECER
Quien
no sabe estar alegre
no
tiene por qué cantar.
Si
se derrotó a sí mismo
¿qué
enseñará?
A repicar las campanas
con
bronces de funeral,
los
enlutados clarines
a
resonar.
Quien
no sabe estar alegre
rime
a sí mismo su mal.
Por
eso enfundo mi flauta,
la
del ambiguo cantar,
y
quien me escuche oiga sólo
mi
paso en la soledad.
Está muy interesante Flor!!! Estaría bueno que lo puedas codificar para que Facebook. T(deje enlazarlo)
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